"En su vertiente de escritor de ciencia-ficción, Asimov es conocido sobre todo por ser el inventor de los robots positrónicos (que obedecen las tres leyes de la robótica) y por la serie de Fundación", explica Luis G. Prado, editor de Alamut, a ELMUNDO.es a cuenta de la nueva traducción que publica de 'La saga de los robots', de Isaac Asimov. Bueno, vale. Pero, ¿cuáles son esas Tres Leyes positrónicas?
Por orden:
1) Un robot no debe dañar a ningún ser humano ni, por inacción permitir que un ser humano sufra daño.
2) Un robot debe obedecer las órdenes que le sean dadas por un ser humano, salvo cuando dichas órdenes contravengan la primera ley.
3) Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando dicha protección no contravenga ni la primera ni la segunda ley.
'La saga de los robots' es la historia de Asimov, con robots (no siempre positrónicos) de los primerizos años 40, los 50 o los 70. Reúne todos sus relatos robóticos, y los agrupa en grupos. La gran familia artificial que fue creando su mente industriosa, increíblemente prolífica en tantas cosas. Por ejemplo: robots inmóviles, robots metálicos, robots no humanos, robots humanoides, y demás posibilidades. Muchos proceden de la famosa compilación de cuentos 'Yo, robot'.
La inteligencia artificial ha sido motivo de cavilaciones y más de un delirio, desde el Golem hecho con barro del río Moldava por un rabino o el Pinocho de madera de pino a los robots, propiamente dichos, de Karel Capek, en la ficción 'R.U.R', de 1920. Robots ya de metal, hechos y derechos, tecnología puntera que hoy se nos hace un poco cacharrería decimonónica, como los trenes de vapor. En metal y tuercas R2-D2 y C3PO son la versión simpática y pringui de la inquietante robot antropomorfa de 'Metrópolis', Maria, que imaginó Fritz Lang. Los 80 aproximaron mucho esta figura, la del metal. Piensen en 'Cortocircuito', en 'Mazinger Z', 'Terminator', 'Robocop'. Pero tienen una larga historia en la cabeza de los hombres desde que fue acuñando la idea de la tecnología, y su asepsia y su lustroso artilugio puntero.