Facebook supo del caso en abril (2011) y llamó al FBI. Los agentes estadounidenses establecieron que la fuente del ataque estaba en Reino Unido, y la policía británica registró la casa de Mangham en Junio de 2011.
Se justificó con que su intención era comunicar a la compañía de Mark Zuckerberg los fallos de seguridad que tenía su red, y que del mismo modo lo había echo con el portal Yahoo. Sin embargo, la fiscalía rechazó su argumento. “Dijo que quería un mini proyecto y escogió Facebook por su presencia destacada en internet, dijo el fiscal Sandip Patel en un tribunal de Southwark, en Londres.
La fiscalía no acepta que las acciones del acusado fueran otra cosa que maliciosas“, afirmó. Según indicó Press Association, el tribunal fue informado de que Facebook había gastado 200.000 dólares tratando el asunto.
El juez Alistair McCreath dijo a Mangham que sus acciones no eran inofensivas y que habían tenido “consecuencias reales y potencialmente muy serias”, las que podrían haber sido “realmente desastrosas” para Facebook.
"Usted y otros que se sientan tentados a actuar como lo hizo usted deben entender de verdad lo serio que es esto", añadió.